Reducido e inactivo, el mercado de la música clásica en México
 

José Nava
Miercoles, 14 de agosto de 2002

Nuevo disco doble de Sergio Cárdenas

El maestro Sergio Cárdenas no se detiene. Lleva años de movimiento constante, de trabajo. De este director de orquesta circula ya en el país el disco Manantial de soles / Música mexicana del siglo XX (Fonca). Y en Alemania la pieza "The flower is a key (a rap for Mozart)", compuesta por Cárdenas para los 12 violonchelistas de la Filarmónica de Berlín, es todo un hit.
Además, prepara su segundo libro que, según cuenta el propio Cárdenas a EL FINANCIERO, pronto será publicado por el Conaculta. Sin embargo, los movimientos de este director de orquesta han sido ejecutados, mayormente, fuera de México. Desde muy joven debió abandonar su natal Tamaulipas para estudiar en el Westminster Choir Collage, en Estados Unidos. Más tarde, se graduó como director orquestal en la famosa Universidad de Música Mozarteum, de Salzburgo, Austria. A los 24 años de edad ya estaba dirigiendo la agrupación sinfónica de esta universidad. De 1979 a 1984 fue director de la Orquesta Sinfónica Nacional de México y en los años siguientes fundó las filarmónicas del Bajío y la de Querétaro.
"Mi intensa actividad fuera de México _dice Cárdenas_ se puede valorar, a la vez, como positiva y negativa. He tenido que estar fuera del país por necesidad. El mercado de la música clásica aquí es muy reducido. Por esta misma razón las nuevas generaciones de compositores y músicos tienen problemas de acomodo en México. A lo largo de muchas décadas la enseñanza musical en los niveles básicos ha sido muy deficiente. He tratado de hacer algo para contribuir a que esa situación quede como algo del pasado y que el mercado de la música en nuestro país se revitalice y tenga más actividad. Todo ello con el fin de que existan más ofertas de trabajo para los muchos talentos mexicanos que han estado emergiendo. Me emociona ver a una gran cantidad de jóvenes que están despegando con enjundia, capacidad de comunicación y, sobre todo, con mucho qué decir; no sólo ataviados de glamour. Me ha tocado la fortuna de dirigir, en Europa, algunas obras de estos jóvenes compositores que andan entre los 22 y 25 años de edad. Algunos de ellos son extraordinarios talentos que, me atrevería a decir, tienen más desarrollo que el que en su momento tuvieron algunos consagrados de nuestra música clásica."
Para no ir más lejos, el año pasado Sergio Cárdenas dirigió, en Nuremberg, Alemania, un programa dedicado exclusivamente a la música mexicana de la más reciente factura. "Fue tal el éxito _explica_ que me pidieron que para el 2003 presentara otro programa de características similares. Es un hecho que no tiene precedente en la historia de la vida concertística de la música clásica en Europa."
_Al echarle un vistazo a su currículum cualquiera pensaría que usted ha ido por el mundo recostado sobre un lecho de rosas...
_Mi formación musical profesional comenzó con diez años de retraso. Debí haber empezado a los seis años, pero inicié hasta los 16. Para empezar, voy en contra del tiempo. Por ello debí hacer esfuerzos sobrehumanos. Durante muchos años, por lo menos cinco o seis de ese periodo de aprendizaje, no tuve un solo día de vacaciones. Estaba concentrado en tratar de recuperar el tiempo perdido. Eso explica que no sea un pianista consumado. Aunque, finalmente, he canalizado otros tipos de energías en las direcciones correctas. Y son las que me han llevado a la carrera de dirección y composición musicales; además de otros complementos creativos sustanciales a través de, por ejemplo, la escritura de artículos y ensayos relacionados con la música o con temas generales. Un aspecto que me ha dado mucha satisfacción es el encuentro afortunado con la poesía de Rilke, a la que le he dedicado mucho tiempo haciendo traducciones de más de 80 poemas.
_Recuerdo que durante su estancia al frente de la Orquesta Filarmónica del Bajío el entonces gobernador de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia, cambió músicos por policías...
_No fue exactamente así. Cuando decidió por el poder de su firma que el gobierno de Guanajuato se desentendía de las obligaciones hacia la Filarmónica del Bajío, una institución aprobada por tres legislaturas y surgida de una iniciativa que él mismo había enviado, cuando decidió, decía, que no fuera así, su primera propuesta iba en el sentido de que el presupuesto que en ese entonces se otorgaba a la orquesta se destinara a la compra de armas para la policía, lo cual refleja toda una actitud ante la vida, ante el ejercicio gubernamental, ante la cultura y, sobre todo, hacia la responsabilidad con los ciudadanos.
_Parece que sus simpatías se dirigen hacia la música mexicana y alemana...
_No quiero caer en falso chauvinismo pero mi postura va en el sentido siguiente: no concibo diferencias fundamentales entre lo que se conoce como música clásica, popular o folclórica. Veo las manifestaciones musicales de todas las épocas y diferentes vertientes simplemente en un contexto de calidad: música buena o música mala. Siempre con un juicio absolutamente subjetivo de mi parte, tendría mis razones para considerar una pieza como buena o mala. Beethoven, por ejemplo, tiene cosas muy mal escritas. Eso no quiere decir que la "Sinfonía heroica" no tenga valor o que una canción de Manuel Esperón carezca de valor porque no encaja en los cánones de Schubert. Manuel Esperón es un genio de la canción mexicana y tienes varias decenas de canciones soberbias en el sentido correcto de la palabra; es decir, superiores. Por otro lado, mi formación musical más fuerte se desarrolló en el mundo de habla alemana. Yo estudié en Salzburgo, Austria, que es parte de la nación alemana. Ahí tuve mi primer trabajo profesional al ser seleccionado para ser titular, a los 24 años de edad, de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Música Mozarteum. Esto me ha llevado a mantener un contacto profundo específicamente con la música de Mozart pero, sobre todo, con toda la música alemana.