Rap con 12 chelistas
 

(JN)
Miercoles, 14 de agosto de 2002

EN ALEMANIA

El hecho de haber obtenido su formación profesional en Estados Unidos y Austria tuvo como resultado que Sergio Cárdenas descubriera la música mexicana muy tarde. Cuando llegó a dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional de México, éste fue uno de sus puntos más negativos.
"Voy a hacer una confesión _dice_ que a muchos les va a sonar hasta escandalosa. Cuando llegué a la titularidad de la Sinfónica Nacional yo no conocía el «Huapango» de Moncayo, que es casi el segundo Himno Nacional. Mi distancia de México me llevó a posponer mi encuentro con la música mexicana. Sin embargo, mi arribo a la Sinfónica Nacional fue más que afortunado porque en su momento era la orquesta que más música mexicana había tocado en la historia. Esto me permitió adentrarme en un mundo para mí desconocido. Ese proceso desembocó en un apasionamiento por la música de mi país que desarrollé todavía más cuando ingresé en el terreno de la composición musical."
Justamente el disco doble que acaba de grabar el Fonca, Manantial de soles, recopila una parte de los 11 años de trabajo de Sergio Cárdenas al frente de las filarmónicas del Bajío y la de Querétaro. El volumen está dedicado íntegramente a compositores mexicanos, especialmente a la obra de Manuel Enríquez.
_¿De qué manera compone "algo en estilo rap" cuando se lo pide el director de los 12 violonchelistas de la Orquesta Filarmónica de Berlín?
_Es uno de los retos de cualquier compositor. El caso del rap fue, como lo señalas, una petición específica del director de los 12 violonchelistas de Berlín. Él tenía un acuerdo con la casa disquera EMI en el sentido de que el tema del disco Round midnight iba a ser de Estados Unidos de Norteamérica y su música. Considerando que el rap es una de las manifestaciones más recientes de origen afroamericano en esa nación, me pidieron que fuera una composición en estilo de rap. Era un reto gigantesco. Sabía que debía escribir algo que estuviera a la altura de Bernstein, Gershwin, Ellington, Chik Corea y Glenn Miller, que están presentes en esa grabación. Lo primero que se me ocurrió, entonces, fue recurrir a un poema dedicado a Mozart. Me pareció la oportunidad de saldar cuentas con este genio al que tanto le debo. Decidí dedicar este rap a Mozart tomando siempre inspiración en los diferentes giros melódicos mozartianos, pero sin alejarme en ningún momento del estilo del rap. La idea es que tampoco fuera un rap al ciento por ciento. Me llena de alegría los comentarios vertidos por la prensa alemana en el sentido de que mi pieza es la mejor de todo el disco. ¡Qué más puedo decir ante una cosa así!