RAINER MARIA RILKE

Soneto a Orfeo, II-6


Rosa, tú la entronizada,
que para los de antaño eras un cáliz con bordos sencillos.
Pero para nosotros eres la flor innumerable,
el objeto inagotable.
 
En tu riqueza pareces atuendo sobre atuendo
que viste un cuerpo que es todo brillo;
pero un sólo pétalo tuyo es a la vez lo evitable
y la negación de cada atuendo.
 
Tu perfume nos menciona desde siglos
sus nombres más dulces;
de pronto yace como gloria en el aire.
 
Y sin embargo, no sabemos nombrarlo, lo adivinamos...
y el recuerdo se va hacia él,
el recuerdo que imploramos en horas memorables.

(Traducción del alemán de Sergio Cárdenas; Ansbach, 09.09.999).


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