Semblanza de Laura Casamitjana

Por José Luis Pariente

He tenido el privilegio de ver crecer a la pintora Laura Casamitjana. Y digo ver crecer porque Laura Casamitjana se ha hecho como pintora aquí, en Cd. Victoria, en los últimos diez años, la mitad de los cuales ha sido nuestra amiga y compañera de trabajo como diseñadora en el Centro Cultural Tamaulipas, que me honro en dirigir.

Laura nació en el Distrito Federal. Orgullosamente mexicana, su apellido nos habla de su origen catalán, "... con algo de moro escondido en algún lugar", como bien dice la propia artista al reconocer las influencias que el diseño geométrico y el amor por la naturaleza tienen en su obra. Sin una marcada vocación inicial para las artes, aunque le gustaba dibujar - "... yo era de las buenas para dibujar en la escuela", afirma convencida - al terminar su preparatoria, decidió aprender idiomas, por lo que viajó a París en el conflictivo año universitario de 1968. Regresó a México en 1969 para, finalmente, ingresar a la Universidad Iberoamericana y cursar la carrera de diseño gráfico.

La joven diseñadora inició sus actividades profesionales en una dependencia oficial, la Dirección General de Servicios Urbanos, del Departamento del Distrito Federal. Según sus propias palabras, la actividad que más la satisfizo en aquellos tiempos fue la de diseñar alegorías en bardas, relacionadas con el tema que, desde esas fechas, ha sido una de sus preocupaciones más cons-tantes: la defensa de la ecología. Por esos años, en 1982, el Orfeo Catalá de México promueve y monta la que será su primera exposición individual: "Mundo Mágico".

El Mundo Mágico de Laura consistía en obras pequeñas de tamaño, delicadas serigrafías en papel y vidrio, de las que la autora aún conserva algunos ejemplares. Al año siguiente, Laura deja el Distrito Federal y se traslada a Cd. Victoria.

Su actividad en esta ciudad, desde sus primeros trabajos en el Instituto Tamaulipeco de Bellas Artes, hasta su más reciente exposición en la Galería del Centro Cultural Tamaulipas y sus colaboraciones en el Instituto Tamaulipeco de Cultura, ha estado llena de experiencias en muy diversos campos, todos relacionados de una forma u otra con el arte. Con más de veinte exposiciones colectivas y casi diez individuales, Laura ha obtenido varios premios en concursos estatales, y su obra figura en el Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de Houston, Texas.

Inquieta por todas las manifestaciones culturales, Laura también ha incursionado con éxito en la literatura. Aunque sólo ha publicado algunos cuentos en revistas - "... es que la pintura me absorbe todo el tiempo", afirma a manera de excusa - escribe en forma esporádica y estira su tiempo para también impartir clases en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, compartiendo con los alumnos de la carrera de Relaciones Públicas su sensibilidad, sus conocimientos y su valiosa experiencia en el quehacer artístico.

Laura se define "... medio surrealista y fantasiosa", tanto en sus gustos por la pintura como en la literatura. Admiradora de los impresionistas franceses, de Van Gogh, de Cezanne, de Toulusse-Lautrec, no oculta, ni en la palabra ni en la obra, su pasión por lo mexicano, por Tamayo, por Toledo, por Frida Kahlo.

Formada en el trabajo cotidiano - "... nunca he tomado clases formales de pintura. En la única que llevé, aquí en Cd. Victoria, me fue muy mal, porque no me dejaban hacer lo que yo quería" - la obra pictórica de Laura ha seguido una sólida y clara trayectoria. Sus cuadros pequeños han crecido; se han hecho grandes. Y no sólo en tamaño, sino lo que es más importante, en calidad y dominio técnico. De lápices de colores y tintas, Laura ha pasado al acrílico y al óleo sobre tela. Su ya famoso pezsandía, que en 1992 cumplirá diez años de existencia, todavía se asoma, de rojo en verde, por los rincones de sus paisajes.

Laura ha crecido, no cabe duda, a pasos agigantados. En la paleta de nuestra pujante frontera norte ocupa ya un lugar indiscutible, ganado a pulso, a puro golpe de pincel. No es el afecto de amigo, sino el conocimiento de su obra y de su poderosa capacidad de trabajo, lo que me hace afirmar, convencido, de que tenemos entre nosotros a una verdadera artista. A una moderna mujer mexicana, sensible y empeñosa, que en poco tiempo estará ocupando el lugar, que por derecho le pertenece, en el panorama plástico del México contemporáneo.

Cd. Victoria, Tam., Enero de 1991
Arq. José Luis Pariente F.
Director General del Centro Cultural Tamaulipas

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